Descripción
Daniela, 28 años, trabaja atendiendo en una tienda. Pasaba hasta 9 horas al día de pie, y al llegar a casa sentía que los pies “no le respondían”.
Un día leyó que más del 60% de jóvenes adultos sufre cansancio crónico en los pies por largas jornadas y decidió probar la alfombra.
La primera noche dijo:
“Sentí como si me desinflaran los pies… un alivio inmediato. Era justo lo que mi cuerpo estaba pidiendo.”
En una semana notó que ya no llegaba a casa “rota”, tenía energía para cocinar, ver series y disfrutar su noche.
La alfombra no solo alivió dolor: le devolvió calidad de vida.
